lunes, 25 de octubre de 2010

No tenia ninguna gana esa mañana de escuchar a nadie, pero aun asi, como buena amiga. Escuche.
Espere a que terminara y le dige alguna palabrilla pa que supiese que me habia enterado de todo. Despues continue mi camino hacia nuestra clase, y de aí hacia mi pupitre. Despues me dedique, unica y exclusibamente a recostarme contra la calefaccion y pensar.
Estaba empezando a pensar que ese era justo el lugar en el que mejor me concentraba para pensar en mis cosas, y escribir... Una pena tener que atender a esas especie de robot que te ordenan callar cuando no quieren que hables, que te mandan montones de ejercicios que no entienden ni ellos, y te dicen explicar cuando en realidad lo unico que intentan es liarte diciendote palabras complicadas para que no sospeches que, no saben de lo que hablan. Se hacen llamar profesores. Tipo de especie que cualquier alumno repugna. Con abundancia. Cuando estaba escribiendo esto, una pelotita de papel me rozo la cara haciendo que me sobresaltase mire haci el lado del que probenia para saber de quien trataba de hablarme en ese preciso momento. Era Blake.

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