lunes, 25 de octubre de 2010

7:00 de la mañana y vuelve a sonar ese estridente pitido, que me despierta cada mañana para ir a clase; lugar claramente, adorado por los adolescentes. El mejor lugar del mundo, ese en el que pasas 6 horas diarias durante los mejores años de tu vida... Lo cierto es que no tenia ninguna gana de adentrarme esa mañana en aquel infierno rutinario y me quede en la cama asta que mi despertador sono tan alto que casi diria que asta desperte a los vecinos.
Finalmente, me levante y sin tansiquiera abrir los ojos palpe las paredes hasta encontrarme con la puerta del baño, me desnude como pude y me di una ducha. Cuando sali de esta me encontraba ya la suficiente activa como para arreglarme para ir a clase, asi es que, lo hice.
Cuando sali de casa, hacía mas frio de lo que solia hacer... La llegada del invierno.
Me subi la cremallera de la chamarra lo mas alto que pude y me dirigi hacia el instituto. Enseguida reconoci a Mandy, que vino corriendo hacia mi para contame lo bien que se lo habia pasado aquel fin de semana en su pueblo. Suspire y acelere el paso hacia ella.

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